La Gioconda: la rara obra de un genio con mil talentos
Leonardo da Vinci, no fue un pintor con una producción prolífica - la ingeniería, la anatomía o la ciencia le fascinaban igualmente. Pero, aunque produjo pocos cuadros en comparación con sus contemporáneos, dejó su huella en la historia con algunas obras excepcionales. La Mona Lisa, o Mona Lisa, pintada sobre un panel de álamo de 53 cm por 77 cm, es una de sus obras más preciadas. El gran Leonardo amaba tanto este retrato que nunca se separó de él, incluso se lo llevó consigo cuando se trasladó a la corte francesa, cerca del rey François I. Según la leyenda, fue en brazos del rey donde murió. Este cuadro nunca salió de las colecciones reales francesas.
Leonardo da Vinci pintando la Gioconda / Imagen elegida por Monsieur de France: Por Cesare Maccari 1863- Tú Lisa, yo Conda, Domaine public, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=50940619
Un cuadro que sigue a los poderosos y capea las tormentas de la historia
La Joconde viajó con los reyes de Francia. Expuesta en Fontainebleau, luego en las Tullerías, en Versalles. Llegó a Louvre con la creación del Muséum central des arts en 1793, tras la Revolución. Pero este cuadro nunca fue sedentario.En 1870, durante el asedio de París, se marchó a Brest. Durante las dos guerras mundiales, huye hacia el sur: Toulouse, Montauban, Chambord. Sobrevive a los conflictos, a la caída de los imperios, y conserva su mirada enigmática durante todo su periplo.
1911: el robo de la Mona Lisa
La Gioconda del Louvre pintada unos meses antes de ser robada de su emplazamiento de 1911. No estaba sola en su pared, en aquel momento, como exigía la museografía de la época / Pintura de Louis Beroud en 1911 http://france.jeditoo.com/IleDeFrance/Paris/1er/Louvre.htm, Domaine public, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=3739943
El 22 de agosto de 1911, el pintor Louis Béroud acudió a hacer un boceto al Louvre y descubrió... una pared vacía. La Gioconda ha desaparecido. Hay asombro. El prefecto Lépine -también creador del concurso de inventores que lleva su nombre- moviliza a cerca de 60 policías. Se toman huellas dactilares, se interroga a 257 empleados e incluso Guillaume Apollinaire es encarcelado brevemente bajo sospecha de complicidad. La revista L'Illustration ofrece 50.000 francos por recuperar la obra, prueba de que el asunto va más allá de una simple noticia: se convierte en un acontecimiento nacional.
Un robo de Vincenzo Peruggia
El ladrón es encontrado... dos años después. Era Vincenzo Peruggia, un vidriero italiano. Irónicamente, fue él mismo quien, mientras colocaba cristales para proteger ciertas obras, había descubierto el lugar. Mantuvo oculta la Gioconda hasta 1913, cuando intentó venderla a un anticuario florentino. El comprador, estupefacto al descubrir el cuadro más famoso del mundo, alerta inmediatamente a la policía italiana. La detención es rápida. La Mona Lisa es recuperada, intacta, y repatriada a Francia... en primera clase.
La Gioconda en el Museo del Louvre en 1913/ Foto elegida por monsieur de France: Por Roger-Violett - https://www.gettyimages.com/detail/news-photo/people-gather-around-the-mona-lisa-painting-on-january-4-news-photo/80912841?adppopup=true, Domaine public, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=98633027
La Gioconda hoy: estrella mundial e icono visual
Desde aquel regreso triunfal, la Mona Lisa no ha vuelto a ser robada. Y no se ha movido desde 1974, cuando visitó Japón por última vez, 11 años después de una gira triunfal por Estados Unidos. Sería difícil imaginar que se moviera hoy en día. Así que sigue en el Louvre, fotografiada por millones de visitantes cada año, protegida tras un cristal y enmarcada por una seguridad permanente. Su celebridad universal se debe tanto a su misteriosa sonrisa como al mito nacido en torno a ella. Su mirada parece seguir al espectador, su postura es incomparablemente amable, lo que hace que, más allá del cuadro, la Gioconda se haya convertido en un símbolo mundial del arte, una referencia pop, un tema de parodia... y un enigma que el tiempo no hace sino profundizar.