La clementina del Padre Clemente
Aunque a menudo se confunde con la mandarina, ambos cítricos son distintos, aunque uno no existiría sin el otro. El origen de la clementina se remonta a finales del siglo XIX, en Argelia, gracias a la labor de un misionero apasionado por la botánica, el padre Clément. Éste, encargado de los viveros de un orfanato, creó esta nueva variedad de fruta, resultado del cruce entre un mandarino y un bigaradier. En botánica, este tipo de creación se denomina "obtención". La clementina, más pequeña y un poco menos dulce que la mandarina, tiene la ventaja de contener pocas semillas o ninguna y de ser muy fácil de pelar.
La descripción botánica de la clementina en 1902: Ilustración elegida por monsieurdefrance.Com: Por R. Guillot delineavit - Trabut, Louis, 1902. Hibridación de los cítricos: una nueva Tangérine "la Clementina". Rev. horticole, París, pp. 232-234. 1 lámina en Hortalia, Domaine public, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=65354047
La fruta conquistó rápidamente a los botánicos de la región, que quisieron honrar a su creador llamándola "clementina". Se introdujo entonces en Córcega, donde encontró un terruño ideal y se convirtió en uno de los símbolos de la isla. Hoy en día, la clementina corsa goza de una Indicación Geográfica Protegida (IGP) y representa casi el 98% de la producción francesa. Aunque la variedad original ha desaparecido, actualmente se pueden encontrar varios tipos de clementinas, como Tomatera, Reina, Victoria y Marisol.
Cómo elegir una clementina?
Para elegir bien tus clementinas, no te fíes sólo del color de la piel, que no siempre indica su madurez. Incluso puedes optar por una clementina ligeramente verde. Prefiere las que sean firmes y carnosas al tacto, y comprueba que el tallo y la hoja siguen unidos. Por último, el olor es un excelente indicador: si huele fragante, está lista para comer.
Una buena clementina siempre ha conservado su rabito y su bonita hoja verde. Foto elegida por monsieur de France: depositphotos.
El sabor y la salud de las clementinas
La clementina se disfruta mejor fresca, ¡pero no es sólo una fruta sabrosa! En la cocina, también se presta a la elaboración de postres como mousses, tartas, o como acompañamiento de platos salados, como las vieiras. Saludablemente, es una valiosa fuente de vitamina C, especialmente beneficiosa durante los meses de invierno, y también contiene vitaminas del grupo B que refuerzan el sistema inmunitario;