Cuando un noble sin dinero se convierte en una estrella culinaria
En el siglo XVIII, un noble sin dinero, el Chevalier d'Albignac, vivía en Londres. Por aquel entonces, la reputación de Francia como país de gourmets ya estaba consolidada. Por tanto, era natural que, en una cena a la que fue invitado, se le pidiera al Chevalier que aliñara la ensalada. Sibarita y muy inspirado aquel día, el caballero tuvo la idea de añadir a la ensalada una pequeña mezcla de aceite y vinagre, añadir un toque de mostaza y mezclarlo todo.
Una gran idea: mezclar aceite, vinagre y un poco de mostaza
La receta fue un éxito entre los invitados. Fue tal el éxito que pronto, en Londres, todo el mundo quiso probar esta famosa mezcla inventada por el Chevalier d'Albignac, que se convirtió en un especialista. Le vemos llegar, por mucho dinero, con una especie de cofre, en el que hay diferentes aceites, diferentes vinagres y la famosa mostaza. Tras hacerse muy rico, el noble sin dinero regresa a Francia, donde acaba comprando un castillo en el Lemosín.
Sorprendente, ¿verdad? Se dará cuenta de que, desde el principio, Le Chevalier tuvo la idea de alternar aceites y vinagres, de añadir o no finas hierbas, descubriendo por primera vez las infinitas posibilidades que ofrece una vinagreta para los gourmets creativos que son.
Un número infinito de apósitos ya que es posible un número infinito de mezclas
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En función del sabor y la textura, existen muchos tipos de vinagretas. Se puede variar el aceite de oliva, pero también el de girasol, nuez o avellana, los vinagres, se puede alternar vinagre de vino, vinagre de sidra e incluso mostazas, pero siempre respetando la proporción del caballero.
La receta básica :
1 cucharada de vinagre por 3 de aceite, 1 cucharadita de mostaza y una buena pizca de sal. Y tú eliges el vinagre que quieras, el aceite que quieras, etc. Incluso puedes utilizar zumo de limón en lugar de vinagre.
De ti depende ser creativo.